Las voluntarias no se

conformaron con

alimentar a los niños,

sino que también les

proporcionaron

educación. El hecho

de que les ofrecieran

alimentos en forma

regular, permitió que

los niños dejaran de

pedir limosna y les

permitió concentrarse

en la escuela.

La colaboración de

diversas ONGs y del

gobierno proporcionó

a los niños acceso a

la educación

primaria.