El Padre Carcellar movilizó a los pobres en una
comunidad, basandose en un programa de
ahorros. En su oficina parroquial recibía los
pequeños ahorros de un dólar a la semana o
de cincuenta centavos diarios.
El Padre Carcellar movilizó a los pobres en una
comunidad, basandose en un programa de
ahorros. En su oficina parroquial recibía los
pequeños ahorros de un dólar a la semana o
de cincuenta centavos diarios.
Los voluntarios, con la práctica fueron aprendiendo
contabilidad básica. Más que una colecta de dinero, el
programa de ahorros se convirtió en una colecta de gente.